La Fundación Sanitas apostó por unos embajadores de lujo para la Noche del Deporte Inclusivo en las figuras del exatleta Carl Lewis, ganador de nueve oros olímpicos, y la nadadora paralímpica Teresa Perales, que atesora 27 metales en seis Juegos diferentes.
Nadie mejor que la aragonesa para explicar los beneficios del deporte inclusivo, entre otras cosas porque quiere dedicar los 50.000 euros del Premio Princesa de Asturias de los Deportes del pasado año a crear una Fundación que lo promocione.
«Conozco bien el papel del deporte como una herramienta de integración y socialización de las personas con discapacidad y cómo mejora tu calidad de vida en muchos aspectos, más allá del físico. Diría que es algo mágico y divertido porque además logras grandes objetivos sin que parezca un esfuerzo. Al final cambias la forma en la que la gente te mira. Es fantástico ver cómo te ganas el respeto de otros deportistas de élite sin discapacidad cuando entrenas o compites contra ellos», asegura Perales, quizás el rostro más conocido del deporte paralímpico en nuestro país.
Carl Lewis escucha atentamente las palabras del traductor mientras Perales habla y luego añade su propia visión: «No concibo el deporte de otro modo que no sea inclusivo porque es parte de la evolución constante que debe vivir una sociedad sana. Yo viví la emancipación de la mujer en el atletismo gracias a mi madre, que era atleta en los años 50, y ahora es el turno de las personas con discapacidad. No tengo ninguna duda».
Perales asiente y destaca además la importancia de empezar temprano con el deporte inclusivo: «Es la mejor manera. Los compañeros de mi hijo nunca se preguntarán si una persona con discapacidad es capaz de competir al máximo nivel porque lo han visto con la mamá de Nano. Cuanto más temprano hagas ese trabajo más natural y fácil será que la persona lo asimile».
Lewis, que es Embajador de Buena Voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) desde 2009, agradece la llamada de la Fundación Sanitas porque es «un honor estar involucrado en cualquier organización que trabaje por mejorar las condiciones de vida de la gente» y añade que el «atletismo es un deporte que siempre ha estado abierto a todo tipo de personas sin importar su físico u origen así que me parece perfecto para promocionar el deporte inclusivo».
Perales, con esa sonrisa que derriba más barreras que cualquier discurso, confiesa un deseo relacionado con el deporte inclusivo: «El pasado año me perdí los Juegos Inclusivos de la Fundación Sanitas porque regresé enferma de Tokio y se me quedó la espinita clavada de poder competir con Mireia Belmonte. La conozco desde que ella tenía 15 años en una concentración común en Sierra Nevada así que me hace ilusión porque, en cierto modo, somos los representantes más reconocibles de la natación olímpica y paralímpica española».
De la mejor manera 🤓